La radiofrecuencia es uno de los tratamientos que más se han estado solicitando hoy en día. Se trata de una de las herramientas que pueden ayudarte a combatir la flacidez y revertir los signos de la edad.
La radiofrecuencia desde el principio
Primero lo primero ¿Qué es la radiofrecuencia y en qué consiste? La radiofrecuencia es una técnica en la que se utiliza el flujo de electrones que se genera entre dos polos. Se trata de un sistema de emisión de radiaciones buenas que generan una rotación molecular dando un efecto que en la medicina estética se conoce como termogénico.
Los cabezales de los equipos se encargan de emitir energía que pasa a través de la superficie cutánea. De esta manera se logra calentar los tejidos de la piel desde el más profundo al más superficial.
Los efectos del calor son empleados para combatir la celulitis, la flacidez cutánea y los signos de la edad.
Los usos específicos que se le puede dar a la radiofrecuencia son muy variados. En otros ámbitos de la medicina puede utilizarse para la eliminación de tumores, la reducción de várices y mucho más.
¿Qué es lo que hace el calor de la radiofrecuencia?
El calor activa el accionar de los fibroblastos dando comienzo a procesos como la neocolagénesis y la neoelastogénesis.
Al mismo tiempo, su función es engrosar el tejido de manera que las moléculas se reacomoden y la piel se tense. En el medio de estos procesos, la radiofrecuencia estimula el drenaje de la linfa, mejora la circulación de la zona que se esté tratando y los tejidos llegan a absorber mayor cantidad de nutrientes y oxígeno.
En tan solo unas pocas sesiones el resultado ya comienza a verse y podés combinar esta técnica con algunas otras que tengan el mismo fin.
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